martes, 5 de enero de 2010


Como un dia cualquiera haciendo mis labores normales, entre medio de la rutina y de los que haceres, un aroma penetro mi nariz. Un aroma intenso, pero que me inspiraba solo calidez y ternura. Será que tu aroma ha llegado antes que tu anatomia a mi.Cierro mis ojos y te imagino entre los verdes del sur, entre esos arboles gigantes que han cobijado por cientos de años esas tierras con olor a fertilidad. Caminando, dejando que el viento de la tarde acaricie tu rostro, tu piel hasta tus pensamientos. Plagandote de tranquidad, esa que tanto buscas.Te veo caminando hacia los animales que te esperan con ansias. acaricias un noble caballo que te mira con respeto. Tocas su cabeza, lo sueltas y te montas sobre èl, corres hacia las montañas, en busca de ti mismo, de tu equilibrio.
Tu rostro me encanta, al sonreirle al cielo, al sol, y a las nubes que flotan por encima de tu cabeza.

Deseo que llegue el dia en que no sienta tu aroma, ya que este sera parte de mi piel...