Se ha nublado. De la nada el sol ha sido cubierto por aquellas nubes. Aquellas nubes que transportan tu recuerdo e imagen a mi memoria. El viento entra por la ventana y acaricia mis mejillas. Como si con la punta de tus dedos acariciarás cada centímetro de mi rostro. Será que desde tu sitio haz soplado las nubes para que lleguen a mi?
La luz del cielo encandila mi mirada. Me voy a blanco y solo se refugia en mi memoria fotográfica aquella escena donde un chico de mirada constante y transparente, bebiendo una copa de vino observa el mundo vacío de emoción y razón, intentando ser invisible ante todos, menos para mi.
Mientras en mi lugar la ventisca invade mi ser, tú donde estás?
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