lunes, 28 de febrero de 2011

Una copa de vino y una taza de café


Entraste y te ubicaste en aquel rincón, donde el ventanal termina. Aquel lugar donde es posible ver la intersección de aquellas avenidas repletas de congestión. Se logra incluso ver hasta el punto de fuga de una de ellas. Que termina en un enorme cerro de donde baja la gente a diario hacia la ciudad. Como siempre, tu presencia ajena a cualquier perturbación. Solo existe tu propio mundo. Pides una copa de vino , lo leo en tus labios. Y luego procedes a tomar un libro de tu bolso, como siempre. Que lástima que el empaste no me permita leer el titulo o el autor de aquel libro para saber al menos que gustas de lectura. Pero creo poder reconocerlo estéticamente, si mi alzheimer selectivo no falla debe ser un libro de Nietzsche. Si así fuese, debo decir que es un gran autor.

Puedo suponer que aprecias y disfrutas leer. La forma en que sostienes el libro, en que miras cada una de sus paginas. Pareces un pequeño niño abrazado a su primer balón.
Minutos después como lo sospeché, te fué servida aquella copa, donde no dudaste en pocos segundos posar tus labios sobre aquel cristal para beber su contenido. Disimuladamente saboreaste su textura y sabor. Sé que te agradó.
Intenté concentrarme en lo mio, pero no pude hacerlo mas de dos minutos. Mis ojos atraídos se fijaron en ti nuevamente. Mirabas hacía la calle, como observando cada paso de quienes pasaban cerca. Contemplando como aquellas pisadas quebrajaban las hojas otoñales de los arboles que cobijan aquellas calles. Calles repletas de gente vacía de sentir. Me gustaría tener la certeza y saber que piensas. Y como si fuese una película, poder leer tus razonamientos en subtitulo. Pero nada, solo me lleno de curiosidades e interés en ti. Es una idiotez, si nunca jamas siquiera me haz dado una señal, ni una mirada para estar segura de no ser invisible ante la sociedad, o por lo menos ante ti. Será que tu mundo es tan extraordinario que no necesitas más que tu mente y un libro que te acompañe?

La luz del sol es tenue, hay nubes blancas que cubren los rayos solares. Pero pareciera que en tu rincón eso da lo mismo. La piel de tu rostro logra reflejarse con claridad contra el ventanal. Es como que aquel destello luminoso penetrará tus claros ojos. Y no lo digo por el color, si no, por la transparencia de tu mirar.

Me parece increíble que tu ser no se perturbe con nada. Solo observas la gente modelando ante tus ojos. Modelando su sed de poder, su sed de dinero, la incapacidad de sentir, que los deja ciegos ante lo visiblemente hermoso.

Y yo acá, sentada sin tener mucha conciencia del tiempo, bebiendo un café cortado, solo analizándote, e imaginando lo inimaginable. Acaso mi mirada constante no te incomoda?
Pero que diablos, no entiendo que me sucede. Suelo ser mas razonable. Te he visto dos veces por semana durante un mes, sentándote siempre en el mismo lugar. Jamas he logrado captar tu mirada y mucho menos tu atención, y aquí me tienes, pensando en ti. Ni siquiera tengo tiempo de sobra, pero no puedo dejar de contemplarte. En este mes, siempre alguien me ha interrumpido mientras te observo, que un llamado urgente, que la oficina, que la casa y báh. Cuantas cosas, que jamás he logrado retirarme de aquí después de ti. Por lo menos para saber hacía que sector vives. No pretendo seguirte, creo que solo evidenciaría que poseo una mente algo perturbada y no es la idea. Solo deseo tener una idea de hacia que sector resides.

Ya han pasado cuatro horas, y es un gran acontecimiento que nadie haya interrumpido mi estadía acá. Creo que está vez lograré retirarme después de ti.

Veo que ya estás pagando la cuenta, y te dispones a retirarte. Quizás no sea mala idea seguirte, solo un par de cuadras. Prometo ser muy discreta.

Creo que no comprendo del todo. Jamás te había visto usar gafas oscuras, y menos caminar junto a un perro labrador. Lo que sostienes en tu mano derecha que es?...


1 comentario:

Fher dijo...

una copa de vino, una taza de café, la ciudad silenciosa detrás del ventanal, una lectura interesante, y sobre todo el pensamiento embebido y hasta enamorado de la soledad de uno mismo...
Me ha gustado